El judo tiene sus raíces en el antiguo jujutsu, las técnicas de lucha cuerpo a cuerpo usadas por los samuráis en la Edad Media de Japón. Creado para el combate en un contexto donde el oponente llevaba armadura y armas, el jujutsu permitía controlar y finalizar enemigos utilizando proyecciones, inmovilizaciones, estrangulamientos, golpes e impactos con los miembros superiores e inferiores. Comprendía tanto el uso de armas como la falta de ellas, ya que se alternaba con otras prácticas como el kenjutsu, arte de la espada; el kyujutsu, arte del arco; el sojutsu, arte de la lanza; el bojutsu, uso del bastón largo, y el jojutsu uso del bastón corto, entre otras disciplinas.
En 1868 se produjo el colapso del shogunato Tokugawa y su gobierno militar, conocido como Bakufu, que había sido liderado por la familia Tokugawa desde 1603. Este evento marcó el fin de la era feudal en Japón y dio paso a la creación de un estado moderno bajo el periodo Meiji. La conocida como Restauración Meiji retornó el poder político al emperador, finalizando así la estructura de gobierno dominante hasta entonces. Junto con esto se acrecentó la influencia de la cultura occidental.
En 1871 se prohibió el uso de sables y otras armas, por lo que toda la cultura samurái, junto con las artes marciales, entro en decadencia. Los dojos, generalmente financiadas por clanes guerreros que ahora estaban desempleados por la nueva situación política, pronto se encontraron en la ruina.
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